Historia de los gatos domésticos


Hoy nos referiremos a los gatos, en particular, a los domésticos. Remontemonos al pasado para saber algo más de los gatos que son en la actualidad una de las mascotas preferidas por las familias.

 

Historia


Edad antigua


Los primeros indicios de la existencia de gatos domésticos se remontan al antiguo Egipto aproximadamente por el año 2500 a. de C. Fue en el antiguo Egipto donde los gatos alcanzaron su máximo esplendor. 


Los egipcios elevaron al gato a la categoría de dios; en concreto, la diosa Bast tenía como representación la figura de un gato. Este mismo pueblo tenía leyes que prohibían la exportación de gatos, es más, los ciudadanos del antiguo Egipto estaban obligados a si se encontraban algún ejemplar, más allá de las fronteras de su país, llevarlo consigo a su patria.


Ocasionar la muerte a un gato se castigaba con la pena de muerte del responsable, incluso si esta se había producido de forma accidental y cuando un gato doméstico moría, los miembros de la familia se enlutaban y se rapaban las cejas en señal de dolor. 


Las familias pudientes hacían momificar los cuerpos de sus gatos fallecidos; en 1890, en Berni Hassan, se descubrió un antiguo cementerio de gatos en el que se llegaron a contar 300.000 momias de gatos embalsamados.



La Edad Media


En la Edad Media en algunos lugares, la simple posesión de un gato, sobre todo si era negro, bastaba para acusar a una persona de brujería. La absurda, relación con ciertos ritos diabólicos les valió ser perseguidos y asesinados. 


En Inglaterra, Francia y Alemania el día de Todos Santos se iniciaban los festejos con la quema de cajas y sacos llenos de gatos vivos.


La diezma de felinos propició la multiplicación de roedores, lo que trajo consigo la peste. 


El propio Napoleón, nada amante de los gatos, se vio obligado a alabarlos públicamente y a animar a su cría y protección como único remedio para acabar con la plaga que estaba asolando a su país.



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